Etapa 10. A un paso del final del camino

Buenas otra vez. Estabamos apunto de llegar al destino y nos entró esa cosilla que te entra cuando estás cerca del final y quieres más, aunque fisicamente estuvieramos fundidos y fuesemos con las fuerzas justas. Salimos del albergue más tarde de las 9 de la mañana y seguimos pedaleando por los mismos parajes que el dia anterior. El día prometia, paisajes preciosos, buen tiempo, las piernas respondian... La cosa fue bien hasta que llegamos a "Portomarín" y atravesamos el rio "Miño". Eran las 11 de la mañana y cambiamos el camino por carretera nacional. El cambio fue a peor. Unas cuestas muy pronunciadas y que parecian no acabar nunca acabaron con las pocas fuerzas que nos quedaban. Muchas las tuvimos que subir andando y se nos hizo larguísimo. Esa fue la tónica durante casi 1 hora hasta que paramos a comer algo y descansar en un pequeño merendero que habia en el camino. Tras una manzana y una tableta de chocolate las cosas se ven de otra forma y si además te encuentras con unos cuantos kilómetros que son cuesta abajo el ánimo mejora bastante. Esta parte del camino estaba asfaltada y descendimos muy bien adelantando a muchos, muchos, muchos peregrinos que iban a pie. Se nota que muchos peregrinos empiezan en Sarriá porque encontramos muchos grupos de chavales tipo viaje de fin de curso. Paramos a almolzar una media hora y continuamos nuestro viaje ahora por caminos de tierra que atravesaban bosques. A ratos nos tocaba descender y a ratos nos tocaba ascender. Avanzabamos muy poco y era bastante duro, pero el paisaje compensaba. Los descensos eran una pasada y los ascensos una tortura. Durante 5 minutos estabas flipandolo porque bajabas por una pista divertida y con un paisaje de cine y los siguientes 5 minutos tenias que subir unas cuestas durísimas y pensabas que la tortura no iba a acabar nunca. Sobre las 4 o 5 de la tarde se empezó a levantar una bruma que acabó por convertirse en niebla y comprobamos lo que es un recibimiento a la gallega porque nos empezó a llover y al cabo de un rato estabamos empapados, curioso porque en Córdoba estaban en alerta naranja por el calor. Decidimos seguir porque ya nos quedaba poco para llegar y a trancas y barrancas conseguimos llegar al Monte do Gozo. No pudimos ver la catedral porque habia mucha niebla. Ya solo nos quedaba bajar el monte y llegar a Santiago de Compostela. Eran las 9 de la noche cuando entrábamos en Santiago. Paramos en la casa de Domi, la tia madrina de Jorge para pasar la noche, cenar y dormir en el mejor sitio en el que hemos parado en todo el camino. Así afrontariamos la última etapa del camino hacia la catedral de la mejor forma posible. Lo que no sabiamos era que esos 2 km que nos separaban de la catedral de Santiago se iban a convertir en la etapa más dura y más larga de todo el camino. En la próxima entrada os contaremos todo lo que nos pasó. Saludos y abrazos a todos.





1 comentarios:

Olnia dijo...

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